Menu



Valores compartidos: eje de una cultura competitiva

Valores compartidos: eje de una cultura competitiva
Alfonso Lara Castilla nos recuerda: La misión, valores e ideales, contienen el compromiso de la organización consigo misma.


Por: Alfonso Lara Castilla | Fuente: Unión Social de Empresarios de México (USEM), Usem.org.mx



Uno de los axiomas de nuestro tiempo es saber que estamos empezando a vivir el surgimiento de una nueva economía y una consciente civilización, en donde las viejas creencias organizacionales se están derrumbando.



Las organizaciones actuales están preocupadas por dar respuesta a un cliente-mercado, cada día más exigente, más competitivo, conscientes de que sólo con un auténtico Liderazgo y una moderna proyección en sus mercados internos y externos podrán asegurar su existencia.

Fortaleza interior de las empresas

Pero la pregunta es: ¿Cómo lograrlo? Aunque la apertura de los mercados genera incertidumbre y amenaza, también abre grandes oportunidades a las empresas que cuenten con "Fortaleza interior", con una amplia visión, valores, principios, aspiraciones e ideales compartidos y que mantengan viva la llama del espíritu empresarial.

Es importante recordar que la organización es un proceso cultural-humano en donde un grupo de hombres evolucionan en la medida en que desarrollan sus visiones, liderazgos, conocimientos, valores y manera de relacionarse y satisfacer las necesidades internas y externas.

En el grado que este proceso cultural-humano sea compartido y cada uno de los miembros estén comprometidos con el cumplimiento de la misión, se enriquecerá su fortaleza interior.

Las empresas internacionales certifican que gran parte del éxito lo deben a la comprensión y utilidad que le dan los directivos a su cultura. Ellos estarán conscientes de que una cultura competitiva no es circunstancial, y menos es al azar, sino que es creada y dirigida por un grupo de líderes que clarifican el marco axiológico que apoya el cumplimiento de la misión de la organización.


La filosofía de la organización

Este marco axiológico que comprende la mística, o filosofía organizacional es la que define, normaliza, orienta y regula:

• La misión, proyección y visión de la organización,

• Las relaciones entre los miembros,

• Los comportamientos, actitudes, profesionalismo y compromiso esperado de todos sus miembros,

• Los resultados en servicio, productividad, calidad y rentabilidad, así como la posición en el mercado,

• La concepción y relaciones de autoridad, poder, responsabilidad, solidaridad y participación,

• Las relaciones con el sindicato, gobierno, proveedores, competidores y sociedad.


Una cultura de competitividad es fuerte cuando:

Los valores, principios y objetivos son compartidos por los miembros de la organización; existe claridad, cualidad y jerarquización de los valores; la mayoría de las personas actúan conforme una nueva cultura; el nivel de aspiraciones, ambiciones y madurez de sus miembros está en alto y tiene la capacidad de adaptabilidad a sus necesidades internas y al cambio del entorno.


Una cultura de competitividad vigorosa y estimulante en donde se comparten los valores propicia:

• Una visión y dimensión clara de la mística de la organización.

• Un liderazgo comprometido con la misión, capaz de influir positivamente en los comportamientos, valores y ambiciones de los seres humanos.

• Una orientación y subordinación de las decisiones, esfuerzos y recursos al objetivo común o misión de la organización.

• Un compromiso a participar en forma activa, creativa y solidaria en el desarrollo de ventajas competitivas.

• Una actitud desafiante y coherente de todos los recursos para escuchar, entender y dar respuesta a las necesidades del cliente-mercado. Y lograr posiciones estratégicas frente a la competencia.

• Una actitud con claridad de conciencia en el cumplimiento de la misión organizacional y de los objetivos de competitividad.

• Una liberación de energía latente en donde el potencial humano le convierte en ideas creativas e innovadoras.

• Una preocupación y compromiso de cada miembro por establecer las condiciones técnicas, humanas, administrativas, sociales, laborales y financieras que mejoren la eficiencia, calidad y productividad de los procesos de operación.

• Una integración trabajador-empresa-sindicato-accionistas y proveedores, con el compromiso de aportar al objetivo común o misión de la organización.

• Una serie de acciones financieras, de operación, de mercado y de optimización de recursos que colocan a la organización en altos niveles de utilidad rentabilidad.


Los compromisos necesarios

En esta cultura de competitividad es en donde los compromisos comunes juegan un gran papel, despertando en todos los componentes a una actitud desafiante y una conciencia organizacional que puesta en acción la lleva hacia una proyección; a alcanzar estándares internacionales en costo, diseño, rentabilidad, productividad, calidad y servicio que le permitan competir con igualdad en los mercados mundiales.







Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |