martes, 22 de mayo de 2012

¿Y ahora, qué?

El otro día, alguna de vosotras/os, a la hora de enseñarme su trabajo de la "barbie" me mostró una perspectiva diferente que yo no había sido capaz de ver: ¿sabías que hemos hecho un patchwork? (Supongo que sería alguien de las bilingües, naturalmente ese "palabro" no se le ocurre a una maestra de infantil)Anda, pues es verdad. Y yo que pensaba hablaros de despedidas, de pasos del ecuador, de trabajo cooperativo, aprendizaje basado en problemas y visitas a museos (¡Nada menos!) Como sabéis, el patchwork está de moda. Casi tanto como la palabra creatividad. Se usa como técnica de relajación, de generación de autoestima, de relaciones interpersonales, de instrospección, de autoafirmación...y nadie mira, mejor dicho, nadie ve (o nadie se atreve a decirlo, si lo ve), que de lo que se trata realmente es de una serie de trozos de tela vieja cosidos y expuestos en formas variadas, bien sea una falda, un cojín o un edredón. No, no, es un "patchwork", dónde va a parar. Algo así como decir "es un creativo" en una gran empresa de diseño...o de informática. Un patchwork (acabaré escribiéndolo mal, seguro), NO ES UNA MANUALIDAD. Es una TENDENCIA (¡Qué modernos!) Si releéis el segundo de los comentarios que les expuse a vuestros compañeros/as del primer semestre, veréis que expresaba en él una cierta sensación de desasosiego al ver invadido mi concepto de creatividad por una serie de disciplinas más relacionadas con el mundo de lo mercantil que con lo educativo o, digamos, sensitivo (espiritual, que diría kandinsky). La creatividad se ve tan de moda como el patchwork: es taaaaan necesaria para toooooodo...Sin embargo, creo que estamos acabando de llamar creatividad simplemente a la eficiencia (ni siquiera a la eficacia), sobre todo cuando nos empeñamos en relacionarla con el nivel de éxito que alcanzan nuestras propuestas. Como lo original es lo que triunfa, el premio acaba llevándoselo el mayor majadero...Bueno, puede ser. O, a lo peor, es una competencia más de la que se han arrogado los -ólogos y -gogos que en el mundo han sido. Sinceramente, sigo pensando en lo creativo como en aquello que nos hace mantener verdes nuestras orejas o nuestras puestas de sol. Decir adiós a una asignatura es reconfortante para todos los alumnos. Supongo que decir adiós a un profesor, también. Ya iréis descubriendo lo que supone a los que estamos del otro lado, pero eso es otra historia...A lo que iba: decir adiós es dejar muchas cosas en el aire y esperar que, algunas de ellas, acaben por posarse o por dar fruto. O, como diría Gabriel Celaya, esperar que, cuando esté ya durmiendo nuestra barca, nuestra bandera siga enarbolada en otros barcos nuevos (él lo dijo mejor y os invito a que busquéis su poema y nos lo hagáis conocer al resto de la clase añadiéndolo a vuestro comentario). He intentado que la asignatura os presentara sólo excusas a la hora de desarrollar vuestros trabajos futuros. Me gusta trabajar según una metodología llamada ABP, que no es tan nueva, pero que no se suele practicar en demasía. No quiero que mis alumnos hagan sólo manualidades, patchwork o como quiera que lo llamemos. Quiero que piensen en trabajar conjuntamente con otros colegas, en actividades conjuntas que se hacen fuera del aula, usando tecnologías nuevas y no tan nuevas, pensando y sintiendo, educando sus miradas hacia alternativas nuevas...(como guardo unos minutos del último día de clase para estas despedidas, voy a dejarlo aquí). Os adjunto un link con lo que viene a ser ese ABP (Aprendizaje Basado en Problemas) al que hago referencia y os pido que hagáis una tormenta de ideas (¡Vaya, se me ha colado un término de mis amigos -ólogos!) con todas aquellas actividades que desarrollaríais con niños/as de infantil inspiradas en nuestra visita chagalliana y que respondáis a ello en este blog. Y ya acabo: volveremos a vernos. Al final, todos formamos parte de un gran patchwork y, probablemente, la presencias de todos es necesaria para que quede armónico. Suerte, buen final de curso y...

viernes, 13 de abril de 2012

Poesía eres Tú

Uno de los relatos más celebres de Edgar Alan Poe hace referencia a un sobre escondido en una habitación. Las personas que lo buscan lo hacen en todos los rincones; destapando cajas, revolviendo cajones, descolocando los libros de las estanterias...Naturalmente no dan con él porque, precisamente, el sobre está en el lugar más evidente: encima de la mesa, allí donde a nadie se le ha ocurrido mirar. Han pasado delante decenas de veces y no lo han visto. Las personas, al fin y al cabo, somos así: como aquel pececillo de aquel otro relato (esta vez es de Anthony de Mello), que buscaba preocupadísimo el océano mientras nadaba en él. Estaba esperando disfrutar de una dicha inmensa cuando llegara a esas aguas y, lo peor, estaba perdiendo el tiempo y se estaba perdiendo ya ese disfrute. Sea por inconformismo o simplemente por ceguera, ni siquiera somos capaces de ver lo que tenemos delante de los ojos, tan empeñados estamos en buscarle, en ocasiones, tres pies al gato o en complicar cosas tan elementales como la Verdad (Como diría Oscar Wilde: "Ni siquiera las cosas ciertas pueden ser probadas").
A lo mejor de todo lo dicho podemos llegar a deducir algunas de las características de la creatividad, entendida en sentido general y no necesariamente referida a las capacidades artísticas. Hablamos de una cualidad, presente en todos los seres humanos (en mayor o en menor medida), que se caracteriza por encontrar respuestas fluidas, originales y, lo que parece más importante en los últimos años, eficaces, a problemas más o menos complejos. Quienes estéis interesados en completar vuestros conocimientos sobre dichas características, podéis acceder a la segunda de las discusiones que aparecen en este foro, Creativos y Educados, sobre la que debatimos en el anterior semestre con vuestras compañeras de 2º B y C. No quiero repetir lo dicho entonces, ni siquiera creo conveniente plantear el discurso que desde la psicología (¡cómo no!) y desde la empresa o la economía ("los mercados", como dirían ahora) está hoy día tan de moda: ahora resulta que van a ser ellos los que nos expliquen qué es la Creatividad y cuánta importancia debe tener en la materialización de nuestras ideas y en la resolución de los problemas de nuestras sociedades, como si desde Altamira no hubiésemos aprendido nada (entre otras cosas, que las paredes están mucho mejor pintadas si la pintura es buena).
Si recordáis un poco la presentación de la asignatura del primer día, muchas veces la manera de encontrar ideas inspiradoras está relacionada con una actitud para la que no siempre la obcecación es lo mejor. Lo que espero que hayamos planteado en clase esta mañana (viernes, 13 de abril de 2012) con la presentación del trabajo sobre el Objeto Poético, es que disponemos de estímulos suficientes a nuestro alrededor como para que la actividad creativa de nuestro cerebro (o nuestro corazón, o nuestro estómago...) genere materiales, espacios, actividades profesionales futuras...suficientemente atractivas y enriquecedoras, tanto personalmente (¡Es lo primero!), como para las personas que nos rodeen. Y si es necesario dejar de leer este texto, salir a pasear entre las nubes, escuchar una melodía...antes de continuar con la lectura (o de plantearse si quiera la contestación), pues hagámoslo (de hecho es lo que yo voy a hacer en este momento).
En un artículo que escribí para una revista, hace unos años, decía que la educación artística debía preocuparse fundamentalmente de educar la mirada y no sólo de hacer más hábiles nuestros dedos en el trabajo manual. La escuela ha estado siempre más preocupada de este aspecto en las asignaturas de este área y ello, evidentemente, es un error. El trabajo del Objeto Poético (o Surrealista) lo que pretende es poneros ante esa disyuntiva, aunque de una manera mucho más concreta y, por lo tanto, algo más violenta. Se dice del artista "qué manos tiene", pero debería decirse en su lugar algo parecido a "qué inteligente es" ya que la técnica es algo que siempre está supeditada a la idea primaria original (Panofsky, 1924). Tened la idea y, lo demás, vendrá por añadidura.

PARA LA REFLEXIÓN y LA CONTESTACIÓN:

¿Idea o Materia? O, lo que es lo mismo...


No es una foto.
Es una pintura.
¿Os gusta?
¿Y si supierais que el pintor ha proyectado una imagen sobre el lienzo en blanco y ha pintado sobre la proyección?¿Cambiaría en algo vuestra opinión?
¿Por qué?


Pensad en un pintor o en un escultor famoso. ¿Sabéis que, en la mayor parte de los casos, la mayoría de sus trabajos fueron efectuados por sus ayudantes/discípulos y sólo al final, el "maestro" contribuía otorgando a la obra un último "toque" (el toque maestro, naturalmente)?

Conocéis a Rodin, naturalmente...




¿Sabéis que él modelaba en barro las figuras y que eran sus ayudantes los que generalmente pasaban sus obras al mármol? ¿Sabéis que prácticamente toda la escultura que se hace en Europa antes de Brancusi, se modela previamente en barro y sólo se pasa a la piedra al final, con unas máquinas "sacadoras de puntos", que lo hacen como si se tratara de "robots" (de una fotocopiadora en tres dimensiones, un pantógrafo, para entendernos)? ¿Qué mérito tienen, entonces, los ayudantes?





Esta imagen es una muestra de ese trabajo con la máquina de puntos. Buscad información de esa y otras máquinas utilizadas para ese fin...veréis que son muchas más de las que imagináis.













Por cierto: Constantin Brancusi (1876-1957)...¿Qué beso os gusta más, el suyo o el de Rodín?¿Por qué?



















Bueno, pues A TRABAJAR. Disponéis de todo el mes de abril para vuestras aportaciones.
¡Poesía sois vosotr@s!

domingo, 12 de febrero de 2012

Narices rojas, orejas verdes.

No tengo ninguna predilección por el color verde. Si alguno/a de ustedes quiere saber el motivo del título del blog, por ejemplo, sería conveniente releer las tres entradas anteriores, correspondientes con los tres trabajos que sus compañeros/as de 2º de Ed. Infantil han tenido que realizar. En lo que hace referencia a la nariz de payaso que ha aparecido de repente en nuestros primeros minutos de convivencia lectiva(esa nariz roja que podía ser también la de Rudolf, el reno), el objetivo de este semestre será entender el significado; más exactamente, ir desentrañándolo a lo largo del mismo, y responder de una manera más lúcida al final del mismo, en la segunda prueba escrita que realizaremos.

Para ir entonándonos, les adjunto un famosísimo texto de Gianni Rodari. El autor de "Gramática de la Fantasía" debería ser el pedagogo de cabecera para todos los docentes de educación infantil, o para los que quieren serlo. Su talante y su talento inspiran los afanes de instituciones como las de Reggio Emilia, a las que les remito en uno de los iconos que aperecen a la derecha del texto (me refiero a esos iconos con imágenes que aparecen en la columna derecha del blog. Si hacen un "click" con el ratón sobre la imagen, accederán a la web correspondiente ), y en las que el protagonismo de lon niños de cero a seis años trasciende de los planes educativos de los políticos o las instituciones de turno. Hablamos de escuelas infantiles en las que, a la par que los maestros y maestras, los niños trabajan con artistas, escritores, poetas...Me hubiera gustado ofrecérsela en la lengua otiginal, el italiano, de manera que podrían ustedes acreditar su multilingüismo. No obstante, si alguno/a de ustedes la consigue (sé de su pericia buscadora en internet), nos la puede hacer llegar a todos/as añadida a su propio comentario:

Un día, en el Expreso Soria Monteverde,
vi subir a un hombre con una oreja verde.
Ya joven no era, sino maduro parecía,
salvo, la oreja que verde seguía.
Me cambié de sitio para estar a su lado
y observar el fenómeno bien mirado.
Le dije: Señor, Usted, tiene ya cierta edad,
dígame, esa oreja verde, ¿le es de alguna utilidad?
Me contestó amablemente: yo ya soy persona vieja,
pues de joven sólo tengo esta oreja.
Es una oreja de niño, que me sirve para oír
cosas que los adultos nunca se paran a sentir:
Oigo lo que los árboles dicen, los pájaros que cantan,
las piedras, los ríos y las nubes que pasan,
oigo también a los niños, cuando cuentan cosas
que a una oreja madura, parecerían misteriosas.
Así habló el Señor de la oreja verde
aquel día, en el Expreso Soria Monteverde.


Como bien saben tras la presentación de la asignatura, debemos combinar en ella lo más pragmático junto lo más poético. Es decir: al margen de la emoción con la que se puedan haber encontrado leyendo estas líneas (eso espero), es necesario que me contesten, se contesten a sí mismos y, por consiguiente, contesten también al resto de sus compañeros/as, incluyendo su comentario en este blog (probablemente deban hacerse una cuenta previamente en google). Recuerden que deberán hacerlo, también, en las entradas que se publicarán en los meses de abril y mayo. De ello dependerá también una parte de su nota.

Me gustaría que enfocasen su reflexión en torno a lo que esperan de la asignatura, sobre todo después de leer este poema y de visitar la web de la que les he hablado ateriormente (ya saben, a su derecha) Por si siguen tan perdidos como me imagino, les ofrezco una pregunta concreta a la que contestar:

¿De qué color son sus orejas de estudiantes universitarios, queridos/as alumnos, en este mes de febrero en el que comenzamos nuestra asignatura?

Feliz travesía a todos y a todas.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Experiencias artísticas.

Uno de los dilemas con los que suelo enfrentarme frecuentemente está relacionado con mis recomendaciones sobre determinadas exposiciones o eventos culturales, sobre todo cuando las hago en mi familia o en mi círculo de amigos: inevitablemente surge el comentario y aún más, la petición expresa, de que sea precisamente yo quien ejerza como cicerone ante una inminente visita a dicho ámbito expositivo. Y es que, en esos casos se dan dos antagónicas circunstancias: de una parte, las expectativas de mis interlocutores acerca de mi supuesta pericia en temas relacionados con el arte y lo que ellos consideran puedo aportar a su supuesto también desconocimiento en la materia (Estaríamos, en este caso, ante una manera de entender el hecho artístico como una experiencia social que tendría algo de snob, algo de lúdico, algo de educativo, algo de colectivo…). Por otro lado, mi personal convicción de que la visita a un museo tiene mucho de recorrido espiritual no tanto por los pasillos del edificio como por las vivencias personales acumuladas desde la experiencia en la mente y en el alma. O lo que es lo mismo, una manera de entender el arte como una relación más bien individual con la obra o con uno mismo, en la que el silencio interior y exterior es clave y en la que el propio carácter del recinto museístico (es casi una catedral, un mausoleo, un cementerio objetual) así lo demanda.
Tal vez esta forma de apreciar la obra de arte tiene que ver con una reminiscencia de la identidad del artista con un sagrado hacedor, un druida capaz de generar de la nada algo bello y conmovedor. Con la consideración necesaria de lo creado como algo único, que merece un lugar de exposición concreto y específico en el que, también sin duda, todo cobra un significado distinto y también específico: qué distinta es la misma obra en el taller, conviviendo con otras en diferentes estados de creación, o en la pared o la peana de la galería de arte. Incluso qué diferente resulta su contemplación en ese mismo lugar o inmersa en la vorágine de la ciudad, ya sea en una calle (como las vacas de la caw parade) o en una plaza o rincón especialmente acondicionado para ella (y donde muchas veces ha de transformar su tamaño para adaptarse a la escala del ámbito que la rodea). No tengo muy clara la pertinencia o no de esa visión, sin duda, poco acorde con lo que la modernización del arte propuso allá a finales del siglo XIX. Es, seguramente, una manera bastante antisocial de presentar el fenómeno artístico, pero a lo peor la excesiva sociabilización del género humano no nos ha conducido necesariamente a la convivencia, a la puesta en común de nuestro ser humano, sino más bien al aislamiento casi autista de quienes simplemente se toleran porque no tienen más remedio que hacerlo.
Bien, no sé muy bien a dónde quiero llegar. Bueno, sí, lo sé: me gustaría que este periodo vacacional fuera para vosotras/os una buena ocasión para dar un paseo por vuestra ciudad, ver algún que otro museo, algunas exposiciones (puede ser de "belenes", no hay inconveniente)...y me gustaría que, en el comentario del blog, me contárais vuestras impresiones, sobre este texto que acabáis de leer, y sobre la exposición visitada.Es decir:

TAREAS

1. Lo artístico...¿experiencia individual o colectiva?
2. ¿Qué exposición has visto recientemente? Me lo cuente, por favor.

Os adjunto, además, un enlace con la obra de un pintor del siglo XX, uno de los más cotizados, y que tiene algo que ver con el trabajo de vuestras "tintas chinas" (es MUY IMPORTANTE QUE ESCUCHÉIS LO QUE DICE)...Y con un vídeo que, sobre el mismo trabajo, realizó hace unos años una compañera vuestra...también podéis decirme algo de ellos. Como siempre, ya sé que nunca los veis, están A VUESTRA DERECHA, en sendas imágenes que se corresponden con un frasco de tinta china (vídeo compañera) y de una de las obras de Pollock (vídeo de él mismo).

jueves, 27 de octubre de 2011

CREATIVOS Y EDUCADOS

Según voy preparando algunos contenidos teóricos para la asignatura, descubro la sospechosa tendencia de la pedagogía actual de hacer de la creatividad un concepto acorde con lo políticamente correcto, que es algo así, en mi opinión, como ponerle puertas al mar. Si la intención de los planes de convergencia europea, también en materia educativa, están dirigidos a formar unos futuros profesionales que puedan responder a las exigencias del mundo laboral/empresarial en un futuro, favoreciendo la movilidad dentro del espacio-sin-fronteras que pretendemos sea la UE, no cabe duda de que lo que se exige, por parte de los estudiosos, es una definición de lo creativo desde un punto de vista que tiene algo (o mucho) de mercantil. Y todo ello, en mi humilde opinión, parece algo antagónico ya que, desde el mismo momento en que la creatividad es domesticada, deja de ser creativa. Es decir, si el papel fundamental de la educación viene a ser el de adecuar a las personas a un sistema (social, político, religioso), para hacerlas lo más compatibles posibles con él, estamos ante la decisión de ser educados o ser creativos, pero no las dos cosas a un mismo tiempo.

Cuando expongamos en el aula, a finales del semestre, las principales teorías educativas que manejan este término, iremos viendo que lo creativo ha pasado a ser, ni más ni menos, que lo apropiado a un uso. Dicho de manera más técnica: parece ser que la tendencia actual (y más aceptada), es considerar como individuo creativo a aquel que es capaz de solucionar los diferentes problemas de su existencia de la manera más eficiente, lo que no deja de ser algo bastante menos imaginativo de lo deseable (y, en todo caso, demuestra una concepción claramente economicista de los mismos problemas y de la misma vida). Este individuo debe, además, manejarse con facilidad dentro de un mundo globalizado (evidentemente, debe también, por tanto, aceptar la idea de que somos una aldea global, lo cual no deja de ser una especie de "mantra" que en los últimos años todo el mundo repite sin parar), en el que el uso de las TICe llegue incluso a sustituir definitivamente el papel del docente, una vez que la pedagogía "creativa" ha elimin ado la palabra ENSEÑANZA porque se ha decantado por el APRENDIZAJE.

Lo curioso es que todas estas propuestas vienen desde los gurús como Goleman o Gardner, -que hablan de inteligencias y creatividades múltiples y que heredan los postulados pioneros de Guilford, Torrance, Bruner o Dewey-, pero todas ellas se decantan por una inevitable relación causal con los hechos de la realidad cotidiana (que es algo que también comparte con el aclamado "espíritude Bolonia": la dichosa empleabilidad de los graduados universitarios). Poco a poco, pierde fuerza el concepto de algo creativo como algo (necesariamente) nuevo, y gana poder la interpretación de lo transversal y/o lo globalizante. De esa manera, se está desplazando la cualidad creativa de los artistas (tradicionales poseedores de la misma), a cualquier otra profesión: científicos, economistas, abogados, periodistas, políticos...y, naturalmente, estudiantes de Magisterio y futuros docentes, psicólogos, pedagogos y demás ralea. Creo que si utilizasemos nuestra imaginación para solucionar los problemas con los que nos encontramos en nuestras vidas, probablemente nos iría mucho mejor de lo que nos va, tal vez por el sólo hecho de que muchos de esos problemas tal vez no existirían. Desde luego, si dejaramos de ponernos en manos de algunos de esos individuos.

¿Qúe podemos reflexionar durante este próximo mes? Pues ahí van algunas pautas:

1) ¿Es la creatividad una faceta referida únicamente al mundo del Arte o es lícito extenderla al resto de los mortales?
2) ¿Hasta qué punto podemos aplicarla, sin más, a la capacidad del ser humano para la resolución de conflictos?
3) ¿Donde han quedado las cualidades que Torrance o Guilford exponían en su test y que hablaban de originalidad, fluidez, flexibilidad o elaboración?

Considerando todo lo anterior,

4) ¿Qué definición haríamos, pues, de Creatividad?

No os pido solamente una opinión sobre estas preguntas, sino también algo fundamentado: podéis buscar a los autores citados y exponer-debatir algunos de sus enunciados.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Atardeceres creativos

Vivir en Madrid (o en sus alrededores), es un auténtico privilegio para disfrutar del otoño. Temperaturas agradables, colores pardos que se suceden en cascadas de amarillos, rojos y granas...Atardeceres en azules y violetas en los que, de repente, aparece una veta verde en el horizonte, en medio de las estelas blancas que dejan, en su vuelo, los aviones...
Con palabras parecidas "vacilaba" a mis alumnos de BUP hace ya la tira de años, pero la verdad era que yo creía ver realmente el VERDE en los atardeceres. Hasta que hace unos meses leí en el National Geographic que unos científicos que se dedicaban a medir longitudes de onda, había localizado el espectro de la luz verde precisamente en las luces de la tarde...¡Casualidades de la vida!
En fin: desde esa anécdota, probablemente cargada de un poco de literatura, me permito presentaros el primer foro de debate-intercambio de opiniones acerca de nuestra asignatura, esa que se llama "Creatividad y Educación" (lo digo por los despitados y despistadas, que pudiera haberlos, que no hayan asistido a la primera clase o que anduvieran despistadillos repasando sus peripecias veraniegas con la compañera de al lado). Entiendo que, para futuros docentes en Educación Infantil, el lenguaje de los colores estará al margen de tópicos tales como que las nubes se pintan de blanco, los tejados de las casas de rojo, o cosas por el estilo. Naturalmente que los ojos del niño ven el mundo de otra manera, ¡faltaría más!, y somos los adultos los que, desde nuestras anteojeras, hemos perdido el sentido estético más elemental.
¿Y todo esto, a qué viene? Bueno, pues se trata de comenzar a estar en situación, en sintonía con la belleza que nos rodea. De alguna manera, ser creativos/as a la hora de interpretar lo cotidiano que nos rodea. La pregunta (la tarea en cuestión) sería, más o menos, qué os parece o qué expectativas empieza a generar en vosotros/as la asignatura, pero vamos a concretarla en dos cuestiones (sois exalumnos de la ESO y "eso" imprime carácter, lo sé, lo padezco en mis propias carnes: tengo hijos adolescentes) para que nos entendamos mejor:
1ª- ¿habéis visto el verde en algún atardecer? (no es una metáfora sobre el atardecer de una relación personal, ni el verde como "brote verde" en medio de la crisis...)
2ª- ¿cómo va lo de vuestro lado derecho del cerebro?¿le hacéis más o menos caso o le tenéis al pobre tan olvidado como la mayoría de la gente adulta, estudiantes universitarios de Magisterio incluidos?(tristemente, tampoco ésto es metafórico)

Recordad que, paradojas de la vida, una asignatura como ésta tiene unas normas (ya lo sé, debería saltármelas) y una programación y esas cosas...Es decir, que una parte de la calificación final ("¿pero no habíamos quedado en que la poesía no se podía medir?", me diréis), depende de vuestra participación en este BLOG. ¡Qué le vamos a hacer!¡La fama cuesta!

Saludos y buenos atardeceres de otoño para todos/as.