Esta especie se localiza casi con exclusividad en la Península Ibérica, en donde habita todo el año, defendiendo su territorio con gran celo. Nidifican en árboles y son amantes de su territorio, en el que disponen de varios nidos utilizados en rotación. Estos nidos, según los árboles disponibles (normalmente alcornoques y pinos), pueden estar en lo alto y también a poca altura. En comparación con el águila real, sus garras son más débiles, dedicándose a la caza de animales menores, a los que ataca casi siempre en el suelo