El diseño del CFI de Shanghái es único en el mundo ya que cuenta con una apertura en la punta, como la torre Insignia de la ciudad de Shanghái, esto como solución para la presión del viento sobre el edificio. Esta apertura era en el primer diseño circular, pero se decidió cambiar porque el círculo simboliza la bandera de su rival económico, Japón, por lo que se decidió que fuera un trapezoide. No hay mejor ejemplo para explicar las suspicacias, recelos y rencores que envenenan las relaciones entre China y Japón que la polémica que rodeó la construcción del edificio del Centro Financiero Internacional de Shanghái diseñado por el arquitecto Kohn Pedersen Fox y propiedad del Grupo japonés Mori. El edificio es el quinto más alto del mundo, el primero de la República Popular China, y ha recibido numerosos premios internacionales por su diseño. Sin embargo, su diseño original levantó la suspicacia de la sociedad china. El edificio conocido popularmente como la Katana no solamente presentaba un perfil aguzado producido al unirse los dos filos cortantes de sendas espadas japonesas, sino que su remate final era un vano circular orientado de tal manera que el Sol saliente encajaba perfectamente en él, con ello al amanecer una inmensa bandera japonesa dominaba Shanghái. Las protestas obligaron al cambio del diseño. Aun así, al amanecer, la refulgente espada que “vigila” Shanghái, con su sombra corta la ciudad, empezando por la cercana Torre Jin Mao, orgullo del diseño nacional chino. La polémica estaba servida con esta edificación. El agujero en forma de trapezoide está en el nivel 97, el cual cuenta con una de las cubiertas de observación más altas del mundo a 440 metros en su parte inferior. La altura iba a ser de 510 metros inicialmente pero debido a una reglamentación en la altura máxima, el diseño se redujo a 492 metros.