Lo que el ajuste se llevó

Tal y como ya comenté en una entrada anterior, la versión doblada de una película no es más que un producto nuevo, diferente del original, por más que los profesionales del doblaje traten de ser fieles y de aproximarse al máximo al mismo. 

No estamos hablando de transgredir el original, como argumentan muchos detractores del doblaje, sino de producir una obra que intente ser lo más fiel posible al producto al que trata de “copiar”. 

Empezando por la interpretación del humor y pasando por las referencias culturales del original, el traductor se encuentra con innumerables obstáculos en su intento por transferir el contenido, sin perder ni una sola capa de significado, de una lengua a otra. Por no hablar de peculiaridades intrínsecas al producto audiovisual, como son el tiempo, el ritmo, las pausas en el discurso audiovisual… y esas benditas bilabiales, claro

En el proceso de producción de la versión doblada son muchos los “actores” que entran a escena. A saber, desde el director de doblaje a los traductores y el adaptador, también conocido como ajustador

Por cierto, vaya desde aquí nuestro homenaje a los actores de doblaje, esos grandes olvidados de la profesión, condenados a la “invisibilidad”, con el único fin de que sea su trabajo y no ellos, el que destaque y a los que, salvo contadas excepciones, el público no llega a conocer. Hablaremos de ellos en una futura entrada en este blog. 

Volviendo a la figura del ajustador, éste tiene como principal misión, a veces más que imposible, la de “meter en boca” los textos ya traducidos, para crear la ilusión óptica, el “engaño”, de que los actores originales, de alguna manera, “hablan nuestro idioma”, tratando siempre de permanecer fieles al texto original. Y eso, creedme, es como hacer encaje de bolillos a la luz de un candil. Puedo decir que es de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida, así que todo mi respeto para estos profesionales, de los que poco o nada se sabe. 

Para cumplir con su labor, el ajustador tendrá en cuenta:

  • el ritmo de habla de los actores originales,
  • la rima, la métrica y la cadencia, en caso de tener que doblar alguna canción (ya veremos en otra entrada que no siempre se doblan),
  • las pausas en los diálogos,
  • los gestos y, por supuesto,
  • todo tipo de sonidos labiales: bilabiales, labiodentales y oclusivas. 

De tal manera que, una vez ajustado el texto, puede dar la impresión de que poco o nada queda de la traducción original, ya que se habrá tenido que ajustar al máximo a todas las anteriores características del discurso fílmico ya mencionadas, así como a las condiciones inherentes al propio medio en el que nos movemos.

Podemos verlo claramente con un ejemplo: “La vida de Brian”. Monty Python (1979).

Original (desde 03:41 min. hasta 04:23 min.):

Versión doblada al castellano (desde 08:40 min. hasta 09:20 min.):

ORIGINAL

TRADUCCIÓN PARA DOBLAJE

TRADUCCIÓN PARA DOBLAJE (AJUSTADA)

ARTHUR: Hail, Messiah! ARTURO: ¡Ave, Mesías! ARTURO: ¡Hail, Mesías!
BRIAN: I am not the Messiah! BRIAN: ¡Yo no soy el Mesías! BRIAN: ¡Yo no soy el Mesías!
ARTHUR: I say you are, Lord, and I should know, I’ve followed a few! ARTURO: ¡Yo digo que eres el Mesías, y debería saberlo porque he seguido a varios! ARTURO: ¡Yo digo que eres el Mesías, y de eso entiendo, porque he seguido a varios!
FOLLOWERS: Hail, Messiah! SEGUIDORES: ¡Ave, Mesías! SEGUIDORES: ¡Hail, Mesías!
BRIAN: I am not the Messiah! Will you please listen? I am not the Messiah, do you understand?! Honestly! BRIAN: ¡No soy el Mesías! ¡Haced el favor de escuchar! ¡Yo no soy el Mesías, ¿entendéis?! ¡De verdad! BRIAN: ¡No soy el Mesías! ¡Haced el favor de escuchar! ¡Yo no soy el Mesías, ¿está claro?! ¡Caray qué gente!
GIRL: Only the true Messiah denies his divinity. CHICA: ¡Sólo el verdadero Mesías niega su divinidad! CHICA: ¡Sólo el verdadero Mesías niega su divinidad!
BRIAN: What?! Well, what sort of chance does that give me? All right! I am the Messiah! BRIAN: ¡¿Qué?! ¿Qué opciones me quedan entonces? ¡De acuerdo, soy el Mesías! BRIAN: ¡¿Qué?! ¡Pues sí que es un buen laberinto! ¡De acuerdo, soy el Mesías!
FOLLOWERS: He is! He is the Messiah! SEGUIDORES: ¡Es el Mesías! ¡Es el Mesías! SEGUIDORES: ¡Lo ha dicho! ¡Es el Mesías!
BRIAN: Now, fuck off! BRIAN: ¡Y ahora, a tomar por saco! BRIAN: ¡Y ahora, a hacer puñetas!
ARTHUR: How shall we fuck off, O Lord? ARTURO: ¿Cómo tomamos por saco, Señor? ARTURO: ¿Cómo se hacen las puñetas, Señor?

¿Y quién es el que se ocupa de ajustar una película? 

Pues puede ser el propio traductor, conocedor de la lengua original, con lo que es más gratificante, ya que así tiene más control sobre el producto final que irá proyectado en pantalla.

También puede ser un traductor diferente al que ha hecho la traducción, con el que estará en contacto en todo momento. 

Aunque también puede ser el mismo director de doblaje quien, con todos los datos sobre la película proporcionados por la productora (guión original y carta creativa) y en comunicación permanente con el traductor, realice dicha función.

A su vez, el director de doblaje puede o no puede ser un traductor, con lo que tiene que confiar plenamente en el buen hacer del traductor de turno y más si no domina la lengua original del producto audiovisual. 

Desde el punto de vista de que ajustar no es exactamente traducir, sino adaptar una traducción a las características de la película anteriormente citadas, ¿cuál es vuestra opinión al respecto? ¿Hasta qué punto creéis que es importante conocer la lengua original para adaptar-ajustar una película? Sé que estos profesionales pueden trabajar únicamente con la traducción, en el caso de no conocer la lengua original, pero a mí personalmente es algo que me sorprendió mucho al principio. 

Espero que os haya gustado mi entrada.

¡Gracias por vuestros comentarios!

3 pensamientos en “Lo que el ajuste se llevó

  1. Pingback: Los invisibles | Tradumetraje

  2. Si no es narrativamente relevante, y la frase cumple una función específica (hacer reir, por ejemplo), se puede localizar dicha frase y ajustar a una completamente distinta (repito: si no es narrativamente relevante y respeta la función original)… De hecho, excesivo respeto al original produce frases extrañas que, no solo no entiende el expectador, si no que pierden la relevancia dramática y/o la función que cumplían en la obra.
    Recordemos que la versión doblada no se hace para el que ya ha visto y entendido la verisón original; se hace para que se pueda disfrutar y entender plenamente en un idioma específico… Y como creo que ya dije en este mismo blog, si Espartaco se expresa en americano, ¿por qué no puede expresarse en castellano también?

    • Personalmente, creo que «La vida de Brian» es uno de esos ejemplos míticos de doblaje en España.
      Estoy contigo en que no sólo se debe buscar la fidelidad en cuanto a significado del texto de partida se refiere, sino también mantener la función narrativa y dialectal del original ya sea en su vertiente humorística, irónica, sarcástica o lacónica. Muchas veces, esto último es quizá lo que tiene más relevancia para la trama y lo que es más difícil de conseguir.

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