¿Cómo funciona la Radio? |
Por: Diario "El Nacional", Noviembre de 1999
Sin
necesidad de moverte, la radio te acerca al mundo entero, gracias a un
maravilloso universo de ondas, electricidad e inventos científicos. Mediante
especializados equipos las ondas electromagnéticas se emiten, luego se
transmiten, hasta que finalmente son recibidas por nosotros
Imagínate que
estás en la orilla de un lago y decides lanzar una piedra al agua. Si la
superficie del lago está tersa, verás cómo la caída súbita de la piedra forma en
el agua ondas. En muchos aspectos, la radio que está en tu casa funciona
exactamente igual.
La piedra no se lanza sola, ni se levanta del suelo
sola: para ello hace falta energía, más específicamente, hace falta la energía
necesaria. Así ocurre con la radio. Lo primero que se requiere para que funcione
es energía eléctrica.
En el caso de la piedra lanzada al agua, las ondas
producidas se extenderán varios metros, pues la energía ha traspuesto una cierta
distancia. Una estación radiodifusora produce una acción similar: por medio de
la electricidad, las ondas se transmiten al espacio y viajan una cierta
distancia hasta llegar al aparato receptor. La música o las noticias que
escuchamos en la radio tienen que recorrer la distancia que hay entre la
estación que la emite y el lugar donde se escuchan.
Para llegar hasta los
aparatos de radio modernos de hoy, la humanidad debió recorrer un largo camino
de investigaciones y experimentos.
El misterio de las ondas
sonoras
Cuando contemplamos las olas del mar comprendemos que por
encima de ellas puede navegar un barco. Las ondas de radio son invisibles, pero
aún así es fácil comprender que las podemos aprovechar, haciendo que trabajen
para nosotros.
Primero, vamos a establecer que existen muchísimos tipos
de ondas, como las marinas, lumínicas, calóricas o magnéticas. Para poder
entender cómo funciona la radio, nos detendremos, específicamente, en las ondas
sonoras.
Uno de los métodos de comunicación que todos empleamos es el de
las ondas sonoras; al hablar las transmitimos y al escuchar las recibimos,
siempre y cuando sean emitidas con la cantidad de energía requerida para que las
podamos oír.
Nuestro aparato auditivo capta el sonido a través de las
vibraciones emitidas. Gracias a un complejo sistema físico, químico y biológico
de nuestro cuerpo, las vibraciones del aire que llegan al oído son enviadas al
cerebro en forma de impulsos nerviosos. Este complejo proceso aún es en buena
parte desconocido, pero se sabe que tiene relación con nuestra memoria y
capacidad de entendimiento.
La radio funciona de manera similar:
convierte el sonido en impulsos eléctricos, para poder llevarlos muy lejos del
lugar en donde se originaron.
El funcionamiento de la radio resulta
actualmente muy sencillo. Los sonidos captados por los micrófonos, que están en
la sede de la emisora, viajan hasta tu casa convertidos en señales
electromagnéticas. Para ello, primero van desde la emisora hasta una antena, en
la cual producen una variación eléctrica, que finalmente, gracias a un
transformador eléctrico que la reproduce y magnifica, llega hasta tu casa. Una
vez allí, otra serie de componentes que están en tu radio receptor la
transforman nuevamente en sonido, para que disfrutes tus canciones y emisoras
favoritas.
Básicamente hacen falta tres tipos de componentes para que
podamos escuchar la radio:
Sistema de Emisión: ubicado en la
estación de radio. Allí los sonidos emitidos son transformados en impulsos
eléctricos, que viajan hasta la antena de la emisora.
Sistema de
Transmisión: ubicado lejos de la emisora y preferiblemente en lugares altos
o despejados. Allí se amplifica la señal original y a través de ondas invisibles
viajan por el aire hasta llegar a cada hogar. Hay que destacar que cada emisora
tanto FM como AM tiene su propia frecuencia; es decir, su propio código para
captar y enviar las vibraciones. Por ello, sólo escucharás una emisora en cada
punto del dial de tu radio receptor. De lo contrario, todas las emisoras se
mezclarían en tu radio sin que pudieras escuchar bien
ninguna.
Sistema de Recepción: que no es otra cosa que cada
aparato de radio. Así como el micrófono convierte en electricidad el sonido, las
cornetas o parlantes hacen exactamente lo contrario. Convierten o transforman
los impulsos eléctricos en sonido. Para ello, al igual que nuestro oído, se
basan en la intensidad (agudos o graves) de cada impulso eléctrico y lo
decodifican.
La historia de una onda
En la segunda
mitad del siglo pasado los científicos buscaban una forma de comunicación sin
cables, después de muchos intentos hechos con ondas electromagnéticas, por fin
llegaron a óptimos resultados.
El escocés Clark Maxwell demostró
matemáticamente cómo la acción electromagnética se esparce con un movimiento
ondulatorio. En 1887, el alemán Heinrich Hertz, utilizando corrientes periódicas
a muy alta frecuencia, demostró la existencia de las ondas electromagnéticas,
transformando el movimiento ondulatorio en un fenómeno fácil de estudiar y medir
en un laboratorio. Por ello, y en honor a los estudios de este científico, las
ondas electromagnéticas que se usan en radiocomunicación se miden en Hertzios y
se les conoce como ondas hertzianas.
Luego de otros avances, le
corresponde al italiano Guillermo Marconi el honor de ser el "descubridor" de la
radio. Primero inventó el radiotelégrafo, instrumento que logra transmitir a
distancia impulsos sonoros en clave morse. Para llegar hasta sus
descubrimientos, Marconi comenzó a realizar experimentos muy joven (cuando tenía
apenas 20 años). ¿Sabes cuál fue el primer laboratorio de Marconi? ¡El establo
de su casa, en las afueras de la ciudad de Bologna, en Italia!
Con el
tiempo y luego de haber realizado transmisiones a distancia de señales
radiotelegráficas, Marconi logró el gran acontecimiento que siempre había
soñado: transmitir la voz humana a distancia, sin necesidad de usar cables. Para
lograrlo, Marconi estuvo haciendo experimentos por más 30 años. Pero,
definitivamente ¡Valió la pena!
Gracias a su constancia, la humanidad
disfruta en la actualidad de un excelente medio de
comunicación.