Aun
cuando la radiotelefonía moderna nace solo en 1907, año en que el
norteamericano Lee de Forest inventa el
"audión", la historia de esta forma de comunicación se remonta, para
los investigadores, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando Guillermo
Marconi aporta la telegrafía sin hilos.
Concebida
como fórmula de transmisión y recepción de voces, música y sonidos mediante
ondas electromagnéticas, la RADIO surge como el punto culminante en la carrera de
triunfos ejecutada por el ser humano a través de miles de años de historia,
para resolver un problema surgido junto con la cohabitación del planeta por las
primeras comunidades: la necesidad de intercomunicación a distancia entre los
seres.
Esta
larga carrera tiene sus primeros pasos insertados en la alborada de los siglos.
Los chinos se anunciaron por un sistema de "telégrafo óptico" los
avances de los tártaros. En 1190 antes de Cristo, Agamenón
anunciaba por un sistema similar la caída de Troya. Unos trescientos años antes
de Cristo también, los griegos se comunicaban entre los puestos militares las
decisiones estratégicas y los resultados de las batallas mediante señales que
correspondían a cada una de las letras de su alfabeto. Las señales de fuego o las
señales de humo fueron socorridos sistemas de los primeros pueblos.
Las
fórmulas y sistemas se multiplicaron por centenares en la historia de la
humanidad, pero, buscando una antesala más inmediata, el despertar de las
ciencias de telecomunicaciones se sitúa en pleno siglo XVIII, cuando,
Obsesionado por las posibilidades de un descubrimiento fabuloso –la
electricidad-, el hombre busca en ese campo una solución para el problema
milenario.